La columna vertebral es fundamental para la salud y el bienestar general. No sólo proporciona estabilidad y flexibilidad para estar de pie y agacharse, sino que también alberga la médula espinal, un conjunto de nervios que transmiten mensajes del cerebro a los músculos y otros tejidos blandos. Alrededor de la médula espinal hay un conjunto de vértebras, amortiguadas por un material gelatinoso llamado discos. Si se produce una enfermedad o lesión en cualquier parte de la columna vertebral, es necesario un tratamiento inmediato.
El Dr. Goldberg es un experto en el tratamiento de afecciones de la columna vertebral. Cuando la cirugía se considera necesaria, toma un enfoque mínimamente invasivo utilizando la tecnología más avanzada para lograr resultados óptimos. Algunas de sus áreas de especialidad incluyen:
El Dr. Goldberg es un líder reconocido en el tratamiento de las afecciones degenerativas de la columna vertebral, que suelen estar causadas por el desgaste relacionado con la edad.
Los cambios degenerativos pueden producirse casi en cualquier parte de la columna vertebral y pueden afectar a las estructuras de la columna vertebral, entre ellas:
Discos - Son almohadillas blandas, similares al gel, situadas entre las vértebras y que funcionan como amortiguadores cuando flexionas, rotas o doblas la espalda o el cuello.
Vértebras - Los huesos duros de la columna vertebral se denominan vértebras y albergan y protegen la columna vertebral y los nervios.
Ligamentos, tendones y cartílagos: estas estructuras conectan los huesos de la columna vertebral y contribuyen a la estabilidad de las articulaciones.
Enfermedad degenerativa discal
A medida que envejecemos, los discos pueden adelgazarse hasta el punto de que no haya suficiente acolchado entre las vértebras. Al mismo tiempo, la capa externa de la columna vertebral puede desarrollar grietas, que empeoran gradualmente. Los discos también pueden desarrollar hernias, que es cuando la parte central del disco sobresale a través de la capa externa. Los síntomas incluyen dolor, hormigueo, entumecimiento o debilidad en el cuello, los brazos, las manos, la espalda, las caderas o las piernas, dependiendo de en qué parte de la columna se produzca la degeneración discal.
Mielopatía
La mielopatía es la presión indebida sobre la columna vertebral debida a la compresión de la médula espinal. A medida que una persona envejece, pueden empezar a ocurrir varias cosas:
Debido a la combinación de estos factores, el canal espinal se estrecha, lo que acaba provocando presión sobre la médula espinal y mielopatía. Los síntomas incluyen dolor, hormigueo o entumecimiento en brazos o piernas; dificultades de coordinación, marcha y motricidad fina; sensación de pesadez en las extremidades.
Radiculopatía
La radiculopatía se produce cuando una raíz nerviosa de la columna vertebral se inflama o se daña, provocando dolor y otros síntomas en la zona del brazo/hombro/mano o en la zona de la nalga/pierna/pie. La radiculopatía suele ser el resultado de cambios degenerativos en la columna vertebral durante largos periodos de tiempo, pero también puede producirse por una lesión o enfermedad aguda. Los síntomas pueden incluir dolor, entumecimiento, debilidad, hormigueo y alteración de los reflejos.
Estenosis
La estenosis espinal es el engrosamiento de los ligamentos, la formación de espolones óseos y el deterioro del material discal. Como resultado, el canal espinal se estrecha y pinza el nervio. Los espolones óseos también pueden presionar la médula espinal. Los síntomas pueden incluir dolor en la espalda o el cuello, dolor irradiado a las piernas o los brazos y dificultad para ponerse de pie o caminar.
Muchas personas con enfermedad degenerativa de la columna responden bien al tratamiento conservador no quirúrgico. Este tratamiento conservador suele incluir antiinflamatorios y analgésicos. La fisioterapia puede ayudar a controlar los síntomas y puede incluir terapia manual, calor y otros métodos para aliviar el dolor, estiramientos, ejercicios de fortalecimiento y educación para ayudarle a controlar su enfermedad.
Para un pequeño grupo de personas que no responden al tratamiento conservador, puede ser necesaria la cirugía, sobre todo si hay signos y síntomas de compresión nerviosa o inestabilidad articular. Existe una amplia gama de técnicas quirúrgicas que pueden utilizarse, dependiendo de la extensión, localización y naturaleza exacta de la degeneración. El Dr. Goldberg se asegurará de que usted entiende sus opciones quirúrgicas y trabajará con usted para desarrollar un plan de tratamiento individualizado.
El término hernia discal se refiere a un problema con una de las almohadillas gomosas y gelatinosas entre las vértebras de la columna vertebral. La hernia discal se produce cuando la "gelatina" interior del disco empuja a través del exterior, más duro, e irrita los nervios cercanos, provocando un dolor que va de leve a intenso.
Cuando un disco está herniado, puede abultarse y el interior gelatinoso puede salir a través de un desgarro, o el abultamiento puede presionar o pinzar un nervio.
Los síntomas causados por una hernia discal dependen de dónde esté localizada.
Cervicales (cuello):
Lumbares (parte baja de la espalda):
El dolor está causado por sustancias químicas inflamatorias que se liberan alrededor de la zona lesionada, y el disco lesionado también puede ejercer presión sobre las raíces nerviosas en su recorrido por el túnel contiguo hacia y desde la médula espinal. Esto puede causar dolor, hormigueo y entumecimiento en la pierna, así como una importante debilidad muscular.
La mayoría de las personas con hernia discal leve mejorarán por sí solas en unas seis u ocho semanas. Para otras personas, el dolor será más intenso y persistente y puede estar indicada la fisioterapia para ayudar a aliviar los síntomas. También pueden ser necesarios antiinflamatorios y analgésicos.
En un pequeño grupo de personas, los síntomas no responden a las medidas conservadoras ni al tiempo. Cuando éste es el caso, el Dr. Goldberg puede recomendar la cirugía, sobre todo si persiste el dolor o la debilidad en brazos o piernas. Cuando la cirugía está indicada, suele estar dirigida a reducir la presión de la hernia discal sobre los tejidos circundantes y se centra especialmente en aliviar cualquier presión sobre las raíces nerviosas a su salida de la médula espinal. Esto debería aliviar cualquier síntoma de dolor o sensación que descienda hacia los brazos o las piernas.
Existen varios tipos diferentes de procedimientos quirúrgicos para las hernias discales, en función de su localización. El Dr. Goldberg hablará de estos procedimientos con usted y juntos elegirán el más adecuado para usted.
Radiculopatía es el término clínico que describe una raíz nerviosa de la zona lumbar que se inflama o daña y provoca dolor y otros síntomas en la zona de las nalgas/piernas/pies. También conocida comúnmente como ciática, la radiculopatía lumbar suele ser el resultado de cambios degenerativos en la columna lumbar durante largos periodos de tiempo, pero también puede producirse debido a una lesión o enfermedad aguda.
Radiculopatía es el término clínico que describe una raíz nerviosa de la zona lumbar que se inflama o daña y provoca dolor y otros síntomas en la zona de las nalgas/piernas/pies. También conocida comúnmente como ciática, la radiculopatía lumbar suele ser el resultado de cambios degenerativos en la columna lumbar durante largos periodos de tiempo, pero también puede producirse debido a una lesión o enfermedad aguda.
La radiculopatía de la espalda puede tratarse de distintas maneras, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas. Los tratamientos no quirúrgicos suelen ser la primera línea de tratamiento y pueden incluir:
Si los tratamientos no quirúrgicos no le proporcionan el alivio del dolor que busca, la cirugía podría ser el siguiente paso.
Existen varias soluciones quirúrgicas diferentes, dependiendo de la causa de la radiculopatía lumbar, y normalmente se centran en descomprimir el nervio y/o estabilizar la columna vertebral.
Con la radiculopatía cervical, el dolor puede irradiarse desde el cuello a cualquier parte de la zona del brazo, incluidos el hombro, la mano y los dedos.
Otros síntomas en esta zona pueden ser:
La radiculopatía cervical puede tratarse de diferentes maneras, tanto quirúrgicas como no quirúrgicas. Los tratamientos no quirúrgicos suelen ser la primera línea de tratamiento y pueden incluir:
Si los tratamientos no quirúrgicos no le proporcionan el alivio del dolor que busca, la cirugía podría ser el siguiente paso. La cirugía más común realizada para la radiculopatía cervical es la discectomía cervical anterior y fusión (ACDF) en la que el Dr. Goldberg hace una pequeña incisión en la parte frontal de la cubierta para eliminar cualquier hernia de disco y luego fusiona los discos.
Por desgracia, no todas las operaciones de espalda alivian completamente el dolor. Un pequeño porcentaje de pacientes descubrirá que sigue teniendo dolor de espalda mientras se recupera o que tiene nuevos dolores. El síndrome de la espalda fallida es el término general utilizado para describir esta afección.
El síndrome de la espalda fallida no significa necesariamente que la intervención quirúrgica haya "fallado" de verdad en el sentido médico; puede que la intervención haya descubierto problemas desconocidos que hayan provocado más dolor.
Para los pacientes que han fracasado síndrome de la espalda, el tratamiento comienza con un diagnóstico completo que utiliza imágenes de alta tecnología, así como un examen exhaustivo. Una vez que el Dr. Goldberg ha determinado la causa del dolor continuo, desarrollará un plan de tratamiento que puede incluir métodos no quirúrgicos o quirúrgicos.
No quirúrgico
Es posible tratar algunas formas del síndrome de la espalda fallida con métodos no quirúrgicos, como medicación y fisioterapia. Si esto es posible, será la primera línea de defensa.
Quirúrgico
Si es necesaria una intervención quirúrgica, ésta puede incluir la extracción o sustitución de herrajes, fusiones específicas o una serie de procedimientos diferentes diseñados para aliviar el dolor.
¿Sufre dolor en la parte baja de la espalda, las nalgas o las piernas? Puede que sufra ciática. El dolor de ciática puede ser bastante debilitante e interferir en su rutina diaria. En este artículo hablaremos de qué es la ciática, sus causas, sus síntomas y cómo diagnosticarla.
Los síntomas de la ciática incluyen dolor, debilidad, entumecimiento y hormigueo en la pierna. La compresión de la raíz nerviosa L5 puede causar dolor que se extiende al pie y a los dedos gordos. El paciente puede referir dolor ardiente, lancinante o punzante en la pierna debido a la presión sobre el nervio.
Además, la compresión de la raíz nerviosa L4 puede provocar debilidad al estirar la pierna y una disminución del reflejo rotuliano. Una resonancia magnética puede confirmar el diagnóstico de compresión de la raíz nerviosa.
Un especialista en columna vertebral puede ayudar a diagnosticar la causa de la ciática y proporcionar un plan de tratamiento individualizado para ayudar a reducir el dolor y mejorar la función. Las opciones de tratamiento pueden incluir fisioterapia, administración de medicamentos y, en algunos casos, cirugía para descomprimir la raíz nerviosa.
El dolor de ciática puede obstaculizar gravemente el estilo de vida de una persona, y es esencial recibir tratamiento para evitar que empeore.
Los tratamientos de la ciática varían mucho, y los profesionales recomiendan en primer lugar métodos conservadores. Los medicamentos, la fisioterapia y el ejercicio ayudan a aliviar los síntomas de la ciática leve a moderada. En los casos crónicos o que no responden, puede ser necesario recurrir a métodos más invasivos, como las inyecciones de corticosteroides o la cirugía.
Un especialista en columna vertebral puede utilizar terapias de manipulación o inyecciones para aliviar el dolor y la inflamación. El tratamiento variará según el caso, la edad de la persona y la causa subyacente de la ciática. Para adultos jóvenes las hernias discales pueden causar ciática, y en los adultos mayores, los espolones óseos y la artritis pueden ser la causa.